IKKEN / ICHI GEKKI HISSATSU: EL MITO

 

Ikken Hissatsu es uno de esos axiomas japoneses que significan una cosa y terminan convirtiéndose en otra.

Su leyenda tiene su parte de verdad y su parte de exageración, como todas las leyendas. En realidad, el axioma (argumento) o teoría, según se mire, ya había sido formulado antes de que los okinawenses sufrieran la invasion japonesa, en forma de la frase “Tsune ni ite, kyu ni awasu”, de muy difícil traducción pero que viene a significar “estar preparados en cualquier momento”, de esa frase, en concreto del verbo “awasu”, se extrajo el concepto de “Iai” que dió origen al Iaido.

Kenji Kurosaki (10º Dan Kyokushin), define muy bien este concepto cuando dice que siempre hay que estar con el cuerpo y los sentidos alerta al 70-75%, de esa forma es más fácil pasar al 100% de reacción ante un ataque inesperado.

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Ikken Hissatsu, significa literalmente “un golpe, muerte inevitable”, quizás por eso, algunos autores prefieren decir “Ichi Geki” (un ataque) por ser más general y adaptarse más a la realidad puesto que de esta manera la frase quedaría como “un ataque, muerte inevitable”, algo que sí era practicado en las artes de katana tal y como muestra el gran director Akira Kurosawa en una de sus obras maestras: “Los siete samurais”: En la escena puede verse la aplicación práctica de la teoría “Ichi geki, hissatsu”, un solo corte y el contrincante es abatido.

El origen de esta leyenda: nace en la certeza de que el maestro del Karate moderno, Anko Itosu, creía en que era possible y del que se cuenta que llegó a destruir una pared en su búsqueda constante de Ikken Hissatsu, por lo que muchos de los seguidores del Shuri-Te continuaron su labor y así se extendió el rumor y se convirtió en una de las Técnicas Okuden falsas, origen del mito de las “técnicas secretas”.

Más allá del mito….

Ikken Hissatsu es en realidad una estrategia de combate que se aplica tanto en grandes ejércitos como en combate individual, no un golpe en sí mismo.

A finales del siglo XIX surge una teoría militar acerca del “Golpe Supremo”, según la cual un golpe (entiendase una victoria en una batalla) dado en el momento y lugar preciso, daría como resultado la victoria total, sin importar el tipo de ejército, armamento o soldados.

Esta teoría, tan semejante a la utilizada por los antiguos ejércitos samurai, cuaja en el Estado Mayor japonés (1904-1905) en la que una flota más pequeña, pero superior en velocidad y potencia de fuego intercepta el grueso de la flota rusa del Báltico, al mando del almirante Rozhdestvenski, en el estrecho de Tsushima, entre Corea y Japón, destruyendo los ocho acorazados de que disponía y el grueso de la flota rusa. Esta batalla marcó la rendición de Rusia.

La misma táctica impulsó el ataque a Pearl Harbour, aunque el resultado fué el contrario al esperado y como consecuencia de ello EEUU entró en la II Guerra Mundial derrotando al ejército nipón.

Anko Itosu (1832-1915) tuvo educación militar, además de Kenjutsuka, de la escuela Jigen Ryu, por lo que debió “obsesionarse” con la búsqueda de esa táctica aplicada al karate para poder enfrentarse desarmado a un enemigo armado.

Técnicamente es possible, aunque como he dicho antes no en el sentido de un “único golpe”, sino en el de un “golpe definitivo”.

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En un combate, una situación extrema, el cuerpo se prepara segregando adrenalina, lo que disminuye la sensación de dolor, por tanto, salvo en el caso de alguna enfermedad o lesión previa, la probabilidad de un “único golpe” es puramente anecdótica.

Sin embargo, si por medio de un ataque a los sentidos, visceras o nervios, se logra que el cerebro, por medio del Instinto de Supervivencia, preste atención a un órgano, miembro o zona, la adrenalina segregada irá a aliviar ésa zona, por lo que, en ese caso, sí es possible alcanzar con un “golpe definitivo” alguna zona vital y dañarla hasta el extremo de causar la muerte o, al menos, un daño irreparable.

En muchos tratados y escuelas modernas se trata el “Ichi Gekki Hissatsu” como una “Técnica Secreta” relacionada con esa energía misteriosa llamada KI.

UNA REFLEXIÓN DE SOSAI OYAMA

“Durante el combate, si miras al suelo porque temes a tu adversario, ¡Sin duda te vencerá! pues en el karate los ojos son lo más importante.

Si estás asustado, tu adversario también lo está. Tu oponente no es un Dios, debes abrir bien tus ojos y observar los movimientos de tu adversario y como se reflejan en su mirada. Si tienes miedo él también lo tiene. Si miras a otra parte sin duda ya has perdido.

Cuando en una ocasión me atacaron una decena de yakuza (mafia japonesa) que extorsionaban a los inmigrantes japoneses, simplemente me giré y les dije dominándolos con la vista: “¿Qué queréis de Oyama”? y su líder cayó al suelo con las piernas flojas. Lo mismo les ocurrió a los dos que le flanqueaban y cuando levanté la vista el resto había huido.

Me sentí orgulloso, pensando que estaba alcanzando el SHIN KEN (“Puño del Corazón”), mediante el cual puedes vencer al adversario con la frialdad y la dureza de tu mirada.

 

Tantos años entrenando Kyokushin para descubrir que al final del entrenamiento ya no me hacía falta golpear. Razoné qué, cuando uno puede vencer a un toro de 400kg. con un solo golpe “Ichi Gekki Hissatsu”, para derrotar a un ser humano no es necesario ni eso, tal es el poder de la mirada de un verdadero KARATEKA”.

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