El sentir del Dojo en la actualidad
El sentir del Dojo en la actualidad, es una mirada critica personal y generalizada, sin querer llevar el enfoque mas allá de lo que es y crear alguna polémica.
Siento en el alma un profundo dolor al ver de qué forma se ha degradado la figura del Dojo en la actualidad, parece que es una situación generalizada, pero sé que aun quedamos unos cuantos que llevamos el sentir del Dojo en lo más profundo de nuestro corazón.
Con las modernidades las personas creen que por pagar una cuota que normalmente es irrisoria para las enseñanzas, cuidados, material y preocupación de los maestros para que los alumnos evolucionen como personas y budokas , tienen el derecho de entrar en un Dojo a practicar cualquier arte marcial o en algunos casos pasar el rato o ponerse en forma.
Nada más lejos del objetivo de lo que es y significa un Dojo, en un Dojo aparte de impartir clases se celebran también ceremonias, están presididos con un altar en el Shomen consagrado con un espíritu que protege al Dojo y a todos sus alumnos…es un lugar sagrado, pongo un ejemplo sencillo” ¿alguna persona se le ocurriría faltar al respeto dentro de una iglesia o cementerio haciendo mal uso de sus instalaciones? Supongo que la respuesta mayoritaria es que no.
Pues un Dojo de artes marciales es exactamente lo mismo, se celebran actos para los maestros difuntos, los maestros difuntos siempre están presentes en el lado izquierdo del Shomen y los vivos en el derecho, dentro del kamidana se encuentra el espíritu que protege al conjunto.
(Debido a la relación del guerrero medieval japonés o samurái con la filosofía de vida del budismo zen, muchos dōjō antiguos y contemporáneos aún se destinan a la práctica de las diferentes artes marciales del Japón como Kenjutsu, Ninjutsu, Jujutsu, Karate-Do, Judo, Aikido, Kendo, Iaidō; más conocidas como budō.
Incluyendo no solo la parte física de la práctica sino además la preparación mental, incluida en la meditación sentada o «Zazen», y el condicionamiento voluntario bajo un código de conducta o Dojo Kun.)
El pertenecer a un Dojo no se puede ver como un derecho, se debería ver y sentir como un privilegio ya que no solo vas a aprender el arte marcial que se imparta, sino que también te forjara como la persona que serás en el futuro, una persona que mejorara la sociedad con unos valores que por desgracia están en decadencia.
Las cosas que se ven hoy en día hace 20/años eran impensables…faltar al respeto a tu maestro, interrumpir una clase, no saludar a tu contrincante y maestro en un campeonato, intentar imponer tu decisión por encima del grupo de jueces y árbitros de malas formas…, podías estar más o menos de acuerdo con el resultado, pero te callabas y volvías al Dojo para trabajar más duro y en el próximo campeonato conseguir un K.O. que sin lugar a dudas no dejas la decisión al albedrio de terceros, que también son personas y todos nos podemos equivocar.
Los maestros no damos clase para ganar dinero y hacernos ricos a costa de las cuotas de los alumnos(20,30,40€ en algunos casos) en los Dojos de Japón las clases infantiles al cambio cuestan 80€ de media) lo que se cobra normalmente no cubre los gastos de mantenimiento, material, limpieza, agua ,luz y alquiler, porque si os paráis a pensar detenidamente , todo el material que hay dentro(tatami, escudos de golpeo, murallas, sacos de golpeo, manoplas etc.…) a los maestros no nos hace falta para practicar.
Lo tenemos en el Dojo para que nuestros alumnos aprendan en las mejores condiciones posibles y cuando compramos material nuevo nos llena el corazon ver a los alumnos disfrutar al usarlo.
no hace tantos años … solo 30 años atrás no había material en los Dojos apenas , si había un saco eso era excepcional…trabajabas el golpeo con tu compañero y viceversa, el uso de protecciones no estaba muy extendido…con suerte podías usar espinilleras si las conseguías y podías comprarlas, todo lo que hay ahora y se da por hecho, son lujos que escapaban del pensamiento de nosotros cuando éramos alumnos.
Todos los alumnos colaboraban en la limpieza, manteniendo y compra de material de uso común (porque el Dojo era un lugar de sosiego y aprendizaje para todos, lo cuidábamos y respetábamos, sobreponiendo el bien al común al particular).
Los maestros damos clase en honor a los maestros que nos precedieron y nos cedieron el legado que ellos recibieron de sus maestros, nuestra misión igual que la de nuestros maestros es preservar las enseñanzas, amor y respeto por estas artes, y que nuestros alumnos algún día puedan seguir con el legado que a nosotros nos dejaron.
Solo unos pocos de los cientos que pasaran por nuestros Dojos a lo largo de nuestra vida llegaran a serlo, pero con que solo uno de tantos entienda el concepto de un Dojo y aprender un arte marcial, valdrá la pena todo el esfuerzo e ilusiones perdidas con los que no lo entendieron o dejaron el camino.
Ahora me pregunto hacia mi ¿En qué momento se perdieron los valores del respeto y humildad que nuestros maestros nos inculcaron? “Espero poder respondérmela algún día”
Osu!!
