KI-AÏ, EL GRITO EN LAS ARTES MARCIALES

KI-AÏ, EL GRITO EN LAS ARTES MARCIALES,La palabra «ki-aï» se compone de ki (気), que significa energía, y aï (u) (合), que significa armonizar o unión. Por ende, ki-aï vendría a significar la “unión de toda tu energía”, que se libera de golpe en el grito.

¿Para Qué Sirve Gritar en las Artes Marciales?

Cuando comencé en las artes marciales, me llamó la atención algo curioso: el grito. No cualquier grito, sino el Ki-aï (気合), esa poderosa explosión de energía que se lanza al ejecutar una técnica. Al principio, pensaba que era solo para intimidar, pero con el tiempo descubrí que hay mucho más detrás de ese sonido.

El Ki-aï no es solo un grito, es una herramienta para conectar el cuerpo, la mente y la intención en un solo instante. Es la manifestación audible de tu energía concentrada. Un buen Ki-aï puede generar un efecto físico y psicológico, tanto en ti como en tu oponente. Relaja el cuerpo, potencia la fuerza del movimiento y despeja la mente del miedo o la duda.

Pero aquí está lo interesante: no todas las escuelas lo enseñan bien. Algunos lo ven como un simple ritual sin sentido, mientras que en otras artes marciales como el Karate o el Kendo, el Ki-aï es vital para la ejecución perfecta de una técnica.

Con el tiempo comprendí que el Ki-aï no solo pertenece al tatami. Aprender a “gritar” tu energía en los momentos clave, ya sea en una presentación, en una conversación difícil o en la vida misma, marca la diferencia. No siempre se trata de hablar más fuerte, sino de transmitir tu fuerza de manera clara y decidida.

Suele asociarse el ki-aï (hablando de la práctica de Artes Marciales) a momentos de ataque, pero no tiene por qué ser así siempre, y la realización de un esfuerzo máximo, incluso en momentos defensivos, provocará la aparición sonora del ki-aï.

Y hablando de sonoridad, un KI-AÏ, no tiene por qué ser sonoro y el volumen del mismo, se ajustará al esfuerzo asociado a la acción y a la intención.

Así pues, una vez más, tenemos una parte física (acción y reacción, explosión de energía) y mental (intención consciente del objetivo del ki-aï). Otra vez, AÏ, unión. El KI-AÏ, está presente desde los albores de la historia en la naturaleza. NO es exclusivo de la práctica de artes marciales y/o deportes varios.

Aparece, cuando simplemente cogemos algo cuyo peso o volumen, requiere de un esfuerzo adicional y es tan plausible como esa expiración, que, sin darnos cuenta, de forma inconsciente, aparece para liberar la presión de los músculos actuantes en la acción, ya que, de otra forma, podrían llegar incluso a romperse.

Incluso en los juegos, en una reunión de trabajo, aparece el KI-AÏ con múltiples objetivos e intenciones.

Ejemplos cotidianos de KI-AÏ:

¿Quién no ha oído los gritos (KIAÏ) de los/las tenistas, en cualquiera de sus partidos?

O la explosión enérgica de un jugador de futbol cuando consigue el ansiado gol, o el de baloncesto tras un mate y/o canasta imposible”, incluso (aunque menos frecuente) esa reacción explosiva (sin grito vocal) de un ajedrecista, al perder o ganar una partida… Y tantos  otros…

 

 

Extraído del libro Ronin, la vía del guerrero errante” de Carmelo H. Rios:

“El KI es lo más evidente sobre la Tierra, está por todas partes a nuestro alrededor y es la energía que nos sostiene, nos da la vida y el ser. Si quisiéramos establecer netamente la diferencia entre un ser vivo y uno muerto, sería precisamente la ausencia de KI, lo que distinguiría a ambos.”

La vocalización o exhalación que genera la acción (KI-AÏ), debe ser acorde con la propia acción y la intención de ésta. Puede ser largo o muy corto, como una breve explosión, proyectado desde el HARA (bajo vientre, algo por debajo del ombligo y considerado centro vital en la cultura nipona).

La sonoridad o no, igualmente debe ser equilibrada a la acción/intención. El KI-AÏ, sirve igualmente, para confundir a tu oponente, rompiendo su tiempo y haciéndole desistir en su ataque o bien provocar un cambio de su postura/guardia, que permita adentrar tu técnica en la misma. O bien, puede llegar a reanimar a alguien que haya padecido un desvanecimiento (y he sido testigo de ello).

En cualquier caso, el gesto/acción del KI-AÏ, puede y debe ser entrenado como materia aparte, dentro del trabajo en cualquier arte marcial y el karate en particular, con el trabajo de la respiración, de la postura e incluso de la modulación de nuestras cuerdas vocales.

El entrenamiento de Ki-aï requiere del control de dos elementos esenciales que deben ser estudiados conjuntamente: postura y respiración.

 La postura: se debe mantener el cuerpo relajado, elástico, sin tensión, conservando la boca cerrada y la barbilla ligeramente remetida hacia la garganta.

El otro factor es la respiración tal y como hemos detallado anteriormente. El Maestro Raymond Thomas, mi maestro, en su libro “Relación Practica del Zen al Budo” (1971) establece una analogía con el “Pranayama” de los hindúes, en japonés denominado “Haragei”.

 

 

 

 Podemos describir tres partes:

 Inhalación:

él aire penetra en nuestro organismo a través de las ventanas nasales esforzándose por enviarlo lo más abajo posible utilizando el diafragma.

El aire se concentra en el bajo abdomen “Hara” o “Seika Tanden(espacio entre el ombligo y la parte superior de la pelvis), donde se bloquea.

Abrir la boca, relajar el diafragma y espirar profunda y bruscamente todo el aire. El grito, se realiza al tiempo que expulsamos el aire.”

 

Una vez más, llegamos a “AÏ”, la unión de todas las energías, físicas y mentales, “KI”, para la consecución de una intención.

 

 

Shuseki-Shihan Pere-L. Beltrán, Juliol / Agost’25 (頭師範 ペドロ・ベルトラン)

Presidente-Fundador Seishin Kyokushin Organization (創業社長精神 極真連盟)

Mas Oyama’s Kyokushin Shibucho (大山 極真渋長)                                                                 

 

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