Nutrición después del verano
Nutrición después del verano, a la hora de planificar nuestra alimentación, es importante encontrar el equilibrio entre el consumo de alimentos saludables, que satisfacen las necesidades fisiológicas del organismo, y alimentos que no lo son tanto pero hacen más agradables y satisfactorios nuestras comidas . Este es, seguramente, el secreto de la adherencia a una dieta a largo plazo. Las vacaciones de verano, sin embargo, siempre van acompañadas de cenas al aire libre, tardes con los amigos en la terraza de un bar y domingos de paella en la playa. Cuando acaba, desgraciadamente, hay que compensar los excesos y a continuación puedes encontrar algunos consejos que te ayudarán a comenzar en septiembre con buen pie.
Nutrición después del verano
Saca los alimentos procesados de la lista de la compra.
Si no tienes en la nevera, en la despensa, ni en casa, no comerás. Parece fácil pero a menudo caemos en la trampa. ¿Cuáles son los alimentos procesados? Por definición, un alimento procesado es un alimento que ha sufrido alguna transformación industrial y que como consecuencia ha alterado su contenido nutricional: contienen menos fibra, son más densos caló ricamente (por adición de grasas y azúcares), contienen más sal y han perdido gran parte de su contenido en vitaminas y minerales. Cada vez que quieras comprar un alimento busca su opción menos procesada y si puede ser sin envasar, aún mejor.
Una ración de fruta y/o verdura en cada comida.
La fruta y la verdura de temporada son, seguramente, los alimentos no procesados por excelencia. Se caracterizan por ser muy ricos en fibra, vitaminas y minerales que le otorgan un alto poder antioxidante. Son ideales para depurar el organismo tras las vacaciones, alcanzar el peso ideal, potenciar el funcionamiento del sistema inmunitario y asegurar el correcto funcionamiento del metabolismo. Introduce al menos una pieza de fruta o una ración de verdura, que puede consistir en un plato de ensalada o de verdura cocida en cada comida.
Apuesta por las legumbres y los cereales integrales.
Los hidratos de carbono se consideran a menudo el enemigo de las dietas de adelgazamiento y cuando nos proponemos sacar de encima el peso que hemos ganado durante las vacaciones tenemos tendencia a limitar el consumo. Es cierto que el consumo excesivo de azúcar de mesa o de hidratos de carbono refinados (harinas, pan blanco, pasta, etc.) está asociado a un aumento de peso, pero en cambio, los hidratos de carbono complejos, nos aportan la energía necesaria para superar las exigencias del día a día y nos hacen estar saciados y satisfechos después de una comida. Sin estos últimos, nuestra rutina de alimentación tiene pocas probabilidades de éxito. Las legumbres y los cereales integrales son la fuente más saludable de hidratos de carbono complejos y hay que asegurar que, junto con las frutas y las verduras, están presentes en cada una de las comidas principales.
Nutrición después del verano
Hidrátate.
Una correcta hidratación es imprescindible para favorecer la digestión de los alimentos, normalizar las deposiciones y permitir que el organismo metabolice adecuadamente los nutrientes. El agua es la mejor opción para hidratarse a lo largo del día, pero también podemos asegurar una buena hidratación ingiriendo líquidos en forma de infusiones, sopas y con alimentos con un alto porcentaje de agua, como por ejemplo las frutas y verduras frescas.
Respeta tu hambre y tu saciedad.
Cuando buscamos un listado de consejos y recomendaciones para comer de forma saludable o perder peso, pasamos por alto que nuestro organismo nos proporciona las mejores herramientas para mantener un peso saludable: el hambre y la saciedad. Cuando tenemos hambre, es importante responder al estímulo y comida, al igual que, por muy agradable y estimulante que nos resulte lo que estamos comiendo, nuestra sensación de saciedad debe predominar por encima de la satisfacción que obtenemos de acabarnos todo el plato.
Nutrición después del verano
Los frutos secos y las semillas, la fuente más saludable y completa de grasa.
El aceite de oliva virgen es el protagonista principal de la Dieta Mediterránea y aunque es cierto que, comparado con otros aceites, es el que conserva la mayor parte de compuestos antioxidantes y tiene un perfil más saludable, no deja de ser, en definitiva, un alimento procesado. Los frutos secos y las semillas, en cambio, son alimentos integrales que conservan todo el conjunto de vitaminas, minerales y fibra a la vez que contienen ácidos grasos esenciales. Esto los hace, con diferencia, la opción más saludable a la hora de introducir grasa en la dieta y es recomendable incluir un puñado de frutos secos (por ejemplo, nueces o almendras) y dos cucharadas soperas de semillas (por ejemplo de lino o chía) a diario.
Nutrición después del verano
Escoge cocciones suaves y sustituye la sal por especias.
Evitar los alimentos fritos, rebozados, las salsas grasas y sustituirlo por cocciones al vapor, a la plancha, al horno o sencillamente ensaladas y preparaciones en crudo es un pilar fundamental para volver a estar en plena forma. Reducir el consumo de sal también ayuda a eliminar todo el peso retenido en forma de líquidos y es una buena oportunidad para experimentar con las especies en la cocina.
A mi me interesa mucho la nutrición y me ha gustado este artículo porque es muy completo. Además muy bonitas las fotos.
Personalmente me encantan los frutos secos